La crisis de escasez de nuestras especies nativas en ciudades

documento institucional del Gobierno (P. 42) se prefiere el uso de plantas exóticas, justificándose en sus capacidades de adaptarse al entorno.

Dándole un enfoque práctico, las especies exóticas cumplen la función de forestar las ciudades de manera eficiente, siendo de fácil crecimiento y mantención. Entonces, ¿por qué habría que tener árboles nativos en nuestras calles si los exóticos pueden cumplir su tarea?.

La crisis de las especies nativas en las ciudades

La expansión de las ciudades trae por consecuencia una disminución de espacios que alberguen especies nativas, lo cual conlleva pérdida de la biodiversidad, sobre todo si no se tienen planes para preservarla. Esto lo demuestra en su columna el ingeniero forestal y agrónomo, Joaquín Acosta Köhler.

Los estudios arrojaron que, por Américo Vespucio, entre las avenidas Príncipe de Gales y El Salto, de 3732 especies vegetales, solo el 7% corresponde a especies nativas. Por otra parte, a lo largo de la Alameda y Av. Providencia, entre Av. Pajaritos y Av. Tobalaba, de los 7349 árboles, solo el 5% son nativos.

Los datos anteriores se suman a un estudio de la U. de Chile, donde se menciona que un 86% de los árboles en Santiago corresponden a especies introducidas.

La flora nativa no solo ayudaría en un intento de restauración ecológica, manteniendo la presencia de nuestras plantas. Además, nos permite una mejor educación ecológica, fomentando el contacto directo con especies nacionales. También se pueden evitar posibles problemas a futuro que no se consideraron en la época que se trajeron estas especies exóticas.

En este marco, Sergio Castro, Dr. en Ecología, comentó para El Mercurio lo siguiente: “Las proyecciones de cambio climático indican que la disponibilidad de agua para Chile será crítica, y dado que las especies exóticas proceden de regiones con climas diferentes al nuestro, requieren más agua para su sustento, lo que tendría un impacto en el uso de este recurso”.

Por estas razones es importante velar por una correcta planificación de los espacios verdes en las ciudades, teniendo como prioridad a las especies nativas por sobre las exóticas, también evitando que la única forma de ver un espino o una palma chilena -especies nativas de la zona- sea saliendo de la ciudad.